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Tipos de dirección estratégica

La gestión de la dirección estratégica se refiere a las decisiones que guían el futuro de una empresa y a cómo debe responder a las múltiples presiones e influencias:

  • ¿Cómo se pueden satisfacer las necesidades de los clientes y al mismo tiempo cumplir las expectativas de las partes interesadas (accionistas o autoridades reguladoras)?
  • ¿Cómo se pueden conseguir y mantener las ventajas competitivas?
  • ¿Qué actividades son relevantes para mantener internamente y cómo pueden generar más rendimiento?
  • ¿Debe la empresa centrarse en su mercado local o debe internacionalizarse?
  • ¿Es más coherente lanzar nuevos productos o servicios o entrar en nuevos mercados?
  • ¿Hasta qué punto debe fomentarse la investigación, la innovación y la formación en las empresas en detrimento del tiempo dedicado a las actividades operativas?
  • ¿Debe lograrse este desarrollo mediante el crecimiento interno, las alianzas, las fusiones o las adquisiciones?
  • ¿Cómo podemos aprender de las decisiones estratégicas tomadas?
  • ¿Cuáles son los objetivos de las decisiones tomadas en equipo?

Criterios de evaluación para elegir un tipo de dirección estratégica

Por supuesto, las respuestas no siempre son obvias, y para establecer qué tipo de dirección estratégica será la más adecuada, se pueden utilizar tres criterios de evaluación: pertinencia, aceptabilidad y viabilidad: 

  1. Pertinencia: ¿es la dirección estratégica coherente con la situación de la empresa y su equipo directivo?
  2. Aceptabilidad: ¿Son suficientes y aceptables para las partes interesadas los resultados esperados de la dirección estratégica en relación con los riesgos que hace asumir a la empresa?
  3. Viabilidad: ¿Se dispone de los recursos y las competencias necesarias para aplicar la dirección estratégica o se pueden movilizar fácilmente a través de la formación?

👉Tipos de direcciones estratégicas

Las direcciones estratégicas pueden dividirse en dos grandes familias:

Estrategias genéricas:

  • La estrategia de precios, consiste en proponer una oferta cuyo valor percibido es comparable al de las ofertas de la competencia, pero a un precio inferior.
  • La estrategia de diferenciación, consiste en jugar no en una reducción de precios, sino en un diferencial de valor percibido por los clientes. La capacidad de investigación e innovación del entorno empresarial es entonces crucial.
  • La estrategia de enfoque o estrategia de nicho consiste en rechazar la confrontación directa, limitarse a un segmento de mercado muy concreto, en el que se puede esperar estar protegido de los asaltos de la competencia. Se trata entonces de proponer una oferta muy diferenciada que sólo puede atraer a una franja de clientes ávidos de innovación en la vanguardia del mercado.

Estrategias de crecimiento:

  • La estrategia de penetración en el mercado, cuyo objetivo es tomar la decisión de desarrollar el volumen de negocio de los productos actuales en los mercados actuales (aumentar las cantidades consumidas por los clientes: frecuencia de compra, cantidades compradas; reposicionar el producto añadiendo ofertas de servicios o eligiendo una nueva imagen; aumentar la actividad promocional; ampliar la red de distribución; alinear los precios con el competidor directo).
  • La estrategia de desarrollo del mercado, cuyo objetivo es vender los productos actuales en nuevos mercados para la empresa: ampliar la presencia geográfica de la empresa, especialmente a nivel internacional; dirigirse a nuevos segmentos de clientes en busca de innovación.
  • La estrategia de desarrollo de productos cuyo objetivo es vender nuevos productos en los mercados existentes: adquirir una nueva línea de productos; ampliar las líneas de productos; añadir nuevas características a los productos existentes.
  • La estrategia de diversificación, que consiste en vender nuevos productos en nuevos mercados.

También podemos mencionar el trabajo de Kim y Mauborgne (2005) sobre la orientación estratégica del Océano Azul.

La principal lección es que la mayoría de las empresas gastan mucha energía en competir en mercados ya saturados, en los que los clientes pueden competir con extrema facilidad y rapidez porque las ofertas son muy similares, lo que empuja a todas las empresas a intentar hacer un poco más, lo que inevitablemente refuerza este fenómeno. Esto es lo que han llamado estrategias del Océano Rojo.

Estos autores han plantea rediseñar la propuesta de valor de una empresa cuestionando la formación de la oferta y sus características que deben ser eliminadas, reforzadas, atenuadas o añadidas en relación con lo aprendido de las prácticas tradicionales.

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