Decidir con autenticidad

Constantemente estamos tomando decisiones, unas pequeñas y otras más grandes. Con ellas, el día a día va tomando una forma determinada, como si fuera un cuadro o un retrato variado de colores y formas. Hasta las decisiones más pequeñas y aparentemente triviales tienen la capacidad de ir plasmando una forma de vivir, unas prioridades, incluso quiénes somos.

Decidir lo que sentimos importante no siempre es fácil. Implica tener claridad en lo que queremos, en el por qué y para qué. No siempre nos sentimos con la calma y la lucidez que necesitamos para ello.

A veces nos desorienta la multiplicidad de opciones que se nos presentan, otras se nos dificulta contactar con lo que realmente buscamos, otras veces nos puede pesar lo que otros esperan o desean de nosotros. Estas son algunas posibles dificultades. ¿Cómo tomar buenas decisiones? ¿Cómo decidir con autenticidad? Aquí nos referiremos fundamentalmente a las decisiones que implican ciertos cambios de peso con respecto a alguna dimensión de nuestra vida (ej: cambiar de trabajo, aceptar una propuesta que me hacen, involucrarme más en un proyecto, etc)

Como punto de partida, es importante descubrir que decidir implica un proceso, un camino. Cuanto más consciente lo recorra, más me ayudará. En ese proceso, seguro se me presentan diferentes opciones, posibilidades, muchas de ellas buenas. Será un verdadero arte estar atento a los signos y señales del camino para optar por lo que más y mejor me ayude a desplegar lo más noble y auténtico

Te invito a que puedas hacerte esta pregunta: ¿Cómo tomas habitualmente decisiones? ¿Eres impulsivo, decides sin darle muchas vueltas a las cosas, guiado fuertemente por los sentimientos del momento? ¿O quizá eres muy racional, necesitas analizar mucho todas las opciones, lo tomas como algo objetivo que requiere cierta frialdad? ¿O afrontas las decisiones con cierto miedo a equivocarte y eso te hace ser dubitativo, necesitar apoyarte en lo que otros te recomiendan? Formula tu propia experiencia fruto de tu personalidad e historia.

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Desde aquí, 3 sugerencias para el camino:

Cuando pienses tomar una decisión, trata de recoger los signos que te hacen planteártela. A veces brotan de dentro a fuera (deseos que se convierten en sueños y proyectos que despiertan ilusión) o de fuera a dentro (una situación o acontecimiento de la vida). ¿Qué signos son? ¿Qué sentimientos despiertan en ti? ¿Percibes algo que se repite de manera continua, constante?
Una vez que les has puesto palabras a lo que deseas decidir y por qué, trata de acotarlo y de concretarlo. Cuanto más específico y concreto sea, más te ayudará a tener claridad sobre aquello en lo que te estás planteando decir si o no. Algo así como cuando proyectas un objetivo o una meta. Es más sencillo y efectivo proponerte “caminaré 5 km cada día” que decir “voy a caminar más”. Sería algo parecido. ¿Qué en concreto vas a decidir? No ayuda ser abstracto sino preciso.
Y, por último, trata de descubrir si te sientes libre interiormente o si por el contrario, te sientes condicionado por algo (ej: tus propios miedos, cumplir expectativas de otros…). Dedícale un tiempo a tu mente y a tu corazón tratando de sintonizar con tus deseos más hondos y anhelos de vivir en verdad.

Tratar de decidir y vivir con autenticidad es una tarea para toda la vida. Cada etapa nos traerá sus propios retos, preguntas, intuiciones.. En este momento, ¿hay algo que te estás planteando decidir? Tómalo como una oportunidad para pararte, escucharte y conectar con tus deseos más profundos y sinceros.