
¿Cómo se transforma una idea en una ley?
La política pública no se limita a discursos ni a buenas intenciones. Una verdadera transformación social requiere propuestas legislativas concretas, claras y viables. Para lograrlo, es necesario dominar la técnica legislativa, es decir, el conjunto de principios, reglas y herramientas que permiten formular leyes que puedan aplicarse correctamente y producir efectos positivos.
Redactar una propuesta legislativa técnicamente viable es una habilidad clave para quienes desean incidir en el cambio social desde el ámbito público. Por ello, la Universidad CESUMA, a través de su Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública, ofrece una formación sólida en legislación, análisis normativo y diseño institucional.
¿Qué significa que una propuesta legislativa sea “viable”?
Una propuesta legislativa es técnicamente viable cuando cumple ciertos criterios jurídicos, formales y prácticos. No basta con tener una buena intención o una causa justa. Para que una propuesta llegue al Congreso, sea dictaminada y eventualmente aprobada, debe cumplir con aspectos como:
- Constitucionalidad: No puede contradecir la Constitución.
- Claridad: Debe estar escrita con lenguaje preciso y comprensible.
- Coherencia: Tiene que armonizar con el resto del sistema jurídico.
- Fundamento legal: Debe señalar el artículo que autoriza su creación.
- Impacto esperado: Es necesario prever las consecuencias jurídicas, sociales y presupuestales.
Ignorar estos aspectos puede hacer que una iniciativa bien intencionada sea rechazada o, peor aún, que genere efectos negativos al ser aplicada.

La técnica legislativa: más allá de la redacción jurídica
La técnica legislativa no solo implica saber redactar. Requiere conocer los procedimientos parlamentarios, las estructuras normativas, la jerarquía de leyes, los actores involucrados y los mecanismos de implementación.
Además, es necesario identificar con precisión el problema público que se quiere atender, diagnosticar sus causas y proponer una solución normativa que sea viable en términos políticos, financieros y administrativos.
Todo esto se enseña desde los primeros ciclos en la Licenciatura de la Universidad CESUMA, combinando teoría constitucional, derecho administrativo, análisis político y políticas públicas.
Pasos para redactar una propuesta legislativa técnicamente sólida
Aunque cada país tiene sus propias reglas, existen pasos comunes en el diseño técnico de una propuesta de ley:
1. Identificación del problema
Todo comienza con una necesidad o problema social. Puede tratarse del aumento en la violencia, la contaminación, la corrupción o la falta de acceso a servicios básicos. Lo importante es definirlo con claridad, apoyándose en datos duros.
2. Análisis del marco normativo
Antes de proponer una nueva ley, se debe revisar si el problema ya está regulado. Tal vez solo haga falta reformar una norma existente. Este paso evita duplicidades y conflictos jurídicos.
3. Formulación del objetivo legislativo
Aquí se define con precisión qué se busca lograr. Por ejemplo: “Garantizar el acceso gratuito a productos de higiene menstrual en escuelas públicas”.
4. Redacción del articulado
Este es el momento técnico por excelencia. Se redactan los artículos en lenguaje claro, ordenado y conforme a la estructura jurídica. Cada artículo debe tener una función específica: definir, prohibir, permitir, establecer procedimientos o asignar competencias.
5. Justificación o exposición de motivos
Se redacta un texto que explica por qué se propone la ley, en qué se basa, qué efectos se espera lograr y cómo se relaciona con otros ordenamientos.
6. Análisis de impacto
Toda propuesta legislativa debe incluir un análisis de impacto económico, jurídico y social. Esto ayuda a prever si la norma puede implementarse y con qué recursos.
Puedes consultar ejemplos reales de iniciativas bien estructuradas en el repositorio legislativo de la Cámara de Diputados de México o en bases internacionales como el Parlamento Abierto de América Latina (Parlamericas).

Errores frecuentes que debes evitar
Muchos proyectos legislativos fracasan por errores que pueden prevenirse con una buena formación. Algunos de los más comunes son:
- Redacción ambigua o confusa.
- Propuestas que invaden competencias de otros poderes o niveles de gobierno.
- Iniciativas sin sustento presupuestal.
- Normas contradictorias con leyes ya existentes.
- Falta de consulta con actores sociales clave.
Por ello, se insiste en que una propuesta legislativa no se redacta de forma aislada. Requiere diálogo, asesoría técnica y conocimiento profundo del contexto jurídico.
La incidencia ciudadana y la participación legislativa
Hoy, no solo los legisladores pueden proponer iniciativas. En muchos países, la figura de la iniciativa ciudadana permite que colectivos, organizaciones o personas propongan leyes, siempre que cumplan con ciertos requisitos.
Esto abre la puerta a una participación más activa de la sociedad civil. Sin embargo, también exige que quienes impulsan estas iniciativas cuenten con herramientas técnicas para que sus propuestas sean tomadas en serio.
En este sentido, el dominio de la técnica legislativa se convierte en una herramienta de empoderamiento ciudadano.

Redactar leyes que se puedan aplicar
Una propuesta legislativa no es buena solo por ser popular o bien intencionada. Es buena si puede aplicarse, si mejora el orden jurídico, si soluciona problemas concretos.
Esto implica prever cómo se implementará la ley, qué instituciones serán responsables, qué mecanismos de evaluación se utilizarán y cómo se garantizará su cumplimiento.
Por ejemplo, una ley que crea un programa social debe prever qué institución lo operará, cómo se financiará, cómo se medirá su efectividad y qué sanciones habrá si no se cumple.
Universidad CESUMA: formación jurídica con impacto público
La Universidad CESUMA forma a sus estudiantes de Ciencias Políticas y Administración Pública con una perspectiva orientada a la acción. La técnica legislativa no se enseña como un ejercicio teórico, sino como una herramienta para transformar la realidad.
Los futuros egresados participan en simulacros parlamentarios, redactan propuestas normativas, evalúan leyes existentes y dialogan con especialistas del ámbito público.
Además, la carrera fomenta la vinculación con organismos de gobierno, ONG y espacios de participación ciudadana, para que el aprendizaje sea aplicado y transformador.

Conclusión: escribir leyes para transformar realidades
Redactar una ley técnicamente viable es mucho más que un ejercicio jurídico. Es un acto de compromiso con la justicia, la equidad y el bien común. Implica conocimiento, sensibilidad y preparación.
Si tu vocación es contribuir al cambio desde las instituciones, este es tu camino.
Conoce más sobre la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad CESUMA

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