La huella ecológica humana es la superficie de tierra y agua biológicamente productiva necesaria para reproducir los recursos que las personas consumen y absorber los residuos que producen. No se puede negar la dependencia de las personas de los recursos naturales. La economía, el nivel de vida y la existencia están determinados por una combinación de factores medioambientales, como una alimentación sana, agua y aire limpios y condiciones climáticas estables.
Marco teórico de la huella ecológica humana
El ser humano tiene un gran impacto en el medio ambiente. El número de habitantes de la Tierra aumenta constantemente, el nivel de consumo se incrementa y la cantidad de residuos aumenta. A lo largo de los años, la Huella Ecológica, como demanda de la humanidad sobre los recursos de la naturaleza, ha sido mayor que la biocapacidad de nuestro planeta, su capacidad de regeneración.
El principal tipo de residuo es el dióxido de carbono, que se produce al quemar combustibles fósiles. El tamaño de la huella ecológica se mide en hectáreas globales (hag). Esta unidad de medida es universal y está normalizada para el indicador. 1 hag es una hectárea de superficie terrestre o acuática bioproductiva, con una media global de productividad biológica en un año determinado.
La Global Footprint Network, GFN, calcula la huella ecológica humana. La organización es un instituto de investigación internacional con sucursales en América del Norte, Asia y Europa. En algunos países, este trabajo se realiza en colaboración con WWF o (Fondo Mundial para la Naturaleza). Los métodos desarrollados por GFN permiten a los países, regiones y hogares medir el nivel de consumo de recursos naturales y compararlo con la cantidad de recursos renovables disponibles.
La principal fuente de la Huella Ecológica es la vida cotidiana de los seres humanos. Alrededor del 70% de la huella es el resultado del consumo de los hogares. La cantidad de agua y energía que las personas desperdician, los productos que compran y sus envases, la ropa que compran, los muebles que emplean y la cantidad de residuos que tiran determinan la magnitud del impacto de la humanidad en el planeta. Sólo una modificación positiva del comportamiento y los hábitos, y no sólo la legislación, la prohibición y la normalización, ayudará a detener la destrucción del medio ambiente y a llegar a una interacción armoniosa con él.
La Huella Ecológica fue introducida en 1992 por William Rees, profesor de Planificación Comunitaria y Regional de la Universidad de Columbia Británica (Canadá).
La interpretación completa del término es la siguiente:
"La huella ecológica es la superficie de tierra/área biológicamente productiva que se requiere para la producción de recursos consumibles y la absorción/almacenamiento de residuos".
La Huella Ecológica es un concepto arbitrario que revela la magnitud del consumo humano de los recursos de la biosfera. Según la información estadística, la huella ecológica media de una persona en 2005 era de 2.7 hag. Y la Tierra sólo es capaz de proporcionar a cada persona 2.1 hag. Es decir, la capacidad del planeta ya estaba superada entonces. Ahora la situación, por desgracia, ha cambiado a peor. Pero tenemos el poder de evitarlo.
La biocapacidad se refiere a la superficie de tierra bioproductiva y a las áreas de agua que están bajo uso humano y tienen la capacidad de producir recursos ecológicos.
El Fondo Mundial para la Naturaleza aconseja lo siguiente:
Si se cambian los hábitos de acuerdo con estas sencillas recomendaciones, se reducirá la intensidad del impacto sobre el medio ambiente. Si cada uno empieza por sí mismo, el mundo será un lugar mejor.